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onatien Alphonse François, marqués de Sade (1740-1814), nació en el seno de una familia aristocrática, entre cuyos ascendientes figura la Laura que inmortalizó Petrarca.
Orgulloso, imbuido de una concepción del mundo casi feudal, se creía con una impunidad total para cometer toda clase de excesos sexuales que, sin embargo, le acarrearon serios problemas con la justicia, hasta el punto de que, de los 74 años que vivió, 30 los consumió en la cárcel.
Aparte de los libros de viajes que escribió, como el Viaje a Nápoles que hoy presentamos, Sade es autor de una serie de escritos, como Justine o los infortunios de la virtud (1791), Juliette o las prosperidades del vicio (1796), Los 120 días de Sodoma (publicada póstumamente) y La filosofía en el tocador (1795), en los que describe con gran detalle sus diversas prácticas sexuales. Sus obras fueron calificadas de obscenas y hasta bien entrado el siglo XX estuvo prohibida su publicación.