La salud como ecosistema

Los seres humanos forman parte del mundo natural, donde todo está interconectado: la salud de las personas y el planeta son interdependientes. Esto es lo que se conoce como «una salud» o una «sola salud» o «ecosalud», la salud entendida como ecosistema. Algo que va en la dirección opuesta a la percepción general de que estamos separados y desconectados de la naturaleza. Quizá se trate de una percepción influenciada por los modelos tradicionales de salud humana, que ignoran el entorno en el que vivimos. Tal vez sea el momento de tomar conciencia de que las funciones y la salud de los ecosistemas interactúan con factores que influyen en tu salud y bienestar. No hay mejor forma de introducirse que un baño de bosques.
Holística de la salud
Este segundo aspecto se basa en la idea de que los ecosistemas actúan sobre la salud física (reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares, funciones endocrinas e impulsión del sistema inmunitario, reducción de la presencia de cortisol, disminución de los niveles de azúcar y efectos sobre el sistema nervioso, entre otros), la salud mental (reducción del estrés e incremento de la relajación, potenciación de emociones positivas, impulso de la capacidad de atención y cognitiva, entre otros), la salud social (identidad comunitaria, empoderamiento, disminución del aislamiento social e incremento del capital social y cultural), la salud espiritual (mediante las metáforas que ofrecen los espacios naturales, las personas pueden obtener una mejor perspectiva sobre el sentido del propósito de sus vidas), y, por último, la salud ecológica (con comportamientos de apoyo al medioambiente, las personas abren un camino beneficioso para ambos).

«Los baños de bosque son una práctica salutogénica de conexión con la naturaleza que promueve la salud y tiene como objetivo mejorar el bienestar, aliviar el estrés y fomentar el reposo».

Naturaleza y salud
El tercer aspecto incide en que los bosques periurbanos y los espacios naturales, como los que encontramos en la guía, deben formar parte de las infraestructuras de salud, convirtiéndose así en «redes estratégicamente planificadas de zonas naturales o seminaturales de alta calidad con otros elementos medioambientales, diseñadas y gestionadas para proporcionar un amplio abanico de servicios ecosistémicos como la depuración del agua, la calidad del aire, espacio para la recreación y la mitigación y adaptación del clima».
Esta es la definición que hace la UE de una infraestructura verde o azul, que incluye los ecosistemas acuáticos y las zonas terrestres (incluidas costales) y marinas. Los servicios ecosistémicos que prestan las áreas naturales y los ecosistemas funcionales son lugares en los que los ciudadanos pueden restaurar su salud y bienestar libremente y de forma asequible. Senderos dentro de los espacios naturales en los que disfrutar y poner en práctica actividades como las sugeridas en Baños de bosque: 50 rutas para sentir la naturaleza.

Salud y entorno de vida
Un cuarto aspecto se basa en la certeza de que el 80 % de la salud de las personas está relacionada con las comunidades donde viven, trabajan, juegan y aman. Los parques y jardines de nuestras ciudades y pueblos deberían formar parte de una estrategia que facilite la creación de corredores verdes que trasladen al ciudadano desde el interior de las zonas urbanas a los bosques más alejados, ya que la ciencia avala que estos entornos aportan beneficios similares a los entornos naturales. Para ello se debería contar también con la colaboración de los propietarios privados, pues ayudan a disminuir la presión que ejercen los seres humanos sobre las áreas protegidas y parques naturales. De esta manera se podrán crear espacios alternativos y oportunidades de desarrollo económico en áreas rurales y fomentar trabajos verdes o ecológicos.
Salutogénesis natural
En quinto lugar, «los baños de bosque son una práctica salutogénica de conexión con la naturaleza que promueve la salud y tiene como objetivo mejorar el bienestar, aliviar el estrés y fomentar el reposo. Se basa en los principios de atención plena: la apertura de los sentidos a la atmósfera del bosque, disminuyendo la velocidad al caminar, inhalando el aire del bosque y fomentando una conexión emocional con el paisaje. Se involucra en una atención fácil». (Forest Therapy Institute, 2019)

Baños de bosque. 50 rutas para sentir la naturaleza
La primera guía de viajes vinculada con los baños de bosque, realizada desde el respeto por la naturaleza con un enfoque sostenible y responsable. En esta guía encontrarás, como lo dice su titulo, 50 rutas del territorio español que permiten disfrutar de su entorno natural junto con los beneficios que produce su contacto para el cuerpo y la mente. Rutas para descansar de la ciudad y conectarse con lo esencial.