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Descubre la inigualable riqueza cultural de Fez y Mequinez

Estos destinos harán las delicias de los amantes de la historia y de la arquitectura, quiénes podrán pasar largas horas contemplando los testimonios del glorioso pasado de la región. Fez, capital religiosa del país, cuya medina está declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, revela la grandeza de su historia a través de sus palacios, sus numerosas madrazas y sus mezquitas, ubicadas en el corazón de la ciudad antigua. Mequinez, obra gigantesca derivada de la megalomanía de un solo hombre, Mulay Ismaíl, es también una verdadera joya arquitectónica. Los amantes de la historia antigua se sentirán maravillados ante las ruinas de Volúbilis, uno de los sitios arqueológicos romanos más importantes del Magreb, situado entre Fez y Mequinez.

Descubre Fez y Mequinez a través de sus maravillas, llenas de color y historia. 

Un mosaico de paisajes

Bosque de cedros y babuinos. ©Sylvie Ligon

A las puertas de Fez y Mequinez se extienden los paisajes más grandiosos de Marruecos. El Atlas Medio, una región todavía relativamente desconocida, sorprende por su superficie de un amarillo anaranjado por el calor que contrasta con el rojo profundo del Alto Atlas. Sus cuevas y cascadas, en el macizo de Tazzeka (Parque Nacional de Tazzeka), son ideales para realizar una agradable excursión en los límites geográficos de los macizos del Atlas y del Rif.

El macizo del Kandar, al sur de Fez, es también una curiosidad que no hay que perderse, rodeado de las estaciones de montaña de Ifrán, Mischliffen, Azrú, Sefrú y sus bosques de cedros… Además de los numerosos lagos y cascadas por descubrir.

Sin duda, los amantes de la flora y la fauna disfrutarán de esta región, que cuenta con muchos guías especializados dispuesto a acompañarles en la aventura.

Una acogida excepcional

Marruecos es un destino turístico frecuentado especialmente por francófonos y cada vez más españoles. Y es que no faltan alicientes para dejarse seducir por Marruecos, el principal de ellos: el cálido recibimiento de los marroquíes.

La población es amable y tolerante: durante tu estancia te sentirás conmovido por la hospitalidad y la amabilidad de los marroquíes, que estarán encantados de ayudarte o de mostrarte su país. A poco que muestres las mismas virtudes, se te abrirán las opciones para mezclarte entre la población local y participar de una charla animada alrededor de una tetera caliente. El fecí se siente muy orgulloso de su ciudad y se esforzará para demostrar que es la más bella.

En las callejuelas de Fez. © XAVIERARNAU

Desde el punto de vista de la seguridad, las autoridades marroquíes han hecho grandes esfuerzos para controlar el turismo en el país, con una clara preocupación por aumentar su calidad. Fez y Mequinez, cuyo turismo se desarrolla desde hace poco tiempo, concentran la atención de los poderes públicos en materia de seguridad. En la medina se puede observar la presencia de oficiales de policía encargados de la seguridad de los turistas; también garantizan que los guías turísticos estén acreditados para evitar la proliferación de «guías falsos».

Una cocina fuera de lo común

Tajín, cuscús, pastela… Sus nombres lo dicen todo. Quizás incluso despierten tu apetito… La cocina marroquí es una de las más famosas del mundo, y con razón. Los platos tradicionales de base son, además de suculentos, el fundamento de la innovación culinaria, que hace que tanto los tajines como algunos cuscús, sean variados y sorprendentes. Sea la región, ciudad o familia que sea, el tajín nunca tiene el mismo sabor y el cuscús nunca se prepara de la misma manera. En Fez, en particular, los restauradores rivalizan en talento para ofrece recetas originales.

En la medina de Fez encontrarás una oferta atractiva en materia de gastronomía y productos. Algunas zonas del casco antiguo están reservadas únicamente a restauradores callejeros que proponen especialidades de la región: comida rápida a base de carne seca, buey y pollo, menudillos y otros manjares deliciosos. En Marruecos, la cocina siempre es buena, independientemente del presupuesto: no faltarán oportunidades de comer bien y ¡sin costar un ojo de la cara!

Selección de tajines. © MARIUSZ_PRUSACZYK

Una gran espiritualidad

La historia de Fez, una de las cuatro ciudades imperiales de Marruecos, está ligada al hecho de ser la capital religiosa del país. En la medina, la ciudad vieja, reina un clima de espiritualidad. El día a día de sus habitantes viene marcado por las cinco llamadas a la oración (al-ahdan) lanzadas por el muecín desde lo alto de su minarete, que resuenan en toda la ciudad. Las numerosas madrazas, o escuelas coránicas, así como las mezquitas, son lugares de culto con una importancia social decisiva, que infunden una atmósfera de serenidad sobre la ciudad. En Fez hay más de 350 mezquitas, algunas accesibles para los no musulmanes.

Otro Marruecos

Volúbilis. ©MANX_IN_THE_WORLD – ISTOCKPHOTO

Desde hace algunos años, Fez y el Atlas Medio forman parte de los espacios recomendados durante una primera visita a Marruecos. Ciudad imperial y capital espiritual, se encuentra entre las ciudades más apreciadas del reino alauita por su importancia cultural y artesana.

En pocos años Fez se ha dotado de infraestructuras de calidad y mima a sus visitantes. La medina es muy segura y permite que los viajeros deambulen por ella tranquilamente y sin miedo a perderse.

Sin embargo, el Atlas Medio y sus verdes montañas son un destino relativamente poco frecuentado y, por tanto, preservado del turismo de masas. La cultura bereber de la región está muy presente y permite descubrir un modo de vida rico y diversificado.

Entre el macizo del Rif y el Alto Atlas se halla el altiplano de Saïss y el Atlas Medio, cuyo macizo se extiende a lo largo de más de 380 kilómetros y ofrece magníficas panorámicas y numerosas posibilidades de pasear.

En invierno, Ifrán y sus estaciones de esquí parcialmente nevadas permiten practicar actividades deportivas (senderismo, esquí, etc.). En verano se puede disfrutar de los bosques de cedro y de los grandes lagos a pie, a caballo, en bicicleta de montaña o incluso en barcos de pedales. A pocos kilómetros, las medinas de Fez y de Mequinez te llevan al ritmo frenético del zoco y a su ancestral artesanía de merecido y mundial prestigio. Una región sorprendente e interesante.

Fez y Mequinez

Fez y Mequinez son destinos originales para viajeros no convencionales amantes de la cultura marroquí. Situadas en el norte de África, conservan una herencia arquitectónica impresionante entre sus cascos antiguos, además de una cultura ancestral viva entre sus habitantes, la cual no pasará desapercibida.

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